El Cruce de los Andes
Este relato que sigue, está muy relacionado con el tema de "las rutas sanmartinianas",cuya lectura es realmente atrapante.
El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andes en dirección a Chile. ElEjército de los Andes fue uno de los dos grandes cuerpos militares que lasProvincias Unidas del Río de la Plata desplegó en la Guerra de Independencia Hispanoamericana; contó inicialmente con 3 brigadieres, 28 jefes, 207 oficiales, 3.778 soldados (incluyendo a parte de los oficiales y soldados chilenos que emigraron a Mendoza después de la batalla de Rancagua), 1.200milicianos montados (para conducción de víveres y artillería), 120 barreteros de minas (para facilitar el tránsito por los pasos), 25 baquianos, 47 miembros de sanidad (para el hospital de campaña), 16 piezas de artillería (10 cañones de 6", 2 obuses de 4 1/2" y 4 piezas de montaña de 4"), 15 empleados civiles, 1.600 caballos extras (para caballería y artillería) y 9.281 mulas (7.359 de silla y 1.922 de carga).
Con el objetivo de dividir a las tropas enemigas, San Martín ordenó primero el avance de parte de las tropas por los pasos de Come Caballos, Guana, Portilloy Planchón. Estos no eran los pasos elegidos para las columnas principales, sino que los dos primeros se hallaban al norte y los últimos al sur de los realmente seleccionados, que eran los que ya habían sido analizados por José Antonio Álvarez Condarco, o sea, los pasos de Uspallata y Los Patos. Era un avance en varios sectores, en un frente de más de 2.000 kilómetros, a través de una gigantesca cordillera. Con esto se pretendía distraer a las fuerzas realistas de Chile que no sabían en definitiva por donde arribarían, y los obligaba a dividir sus fuerzas y provocar movimientos favorables a la Revolución en zonas alejadas de la capital, Santiago de Chile, entre ellas la dirigida por Ramón Freire hacia Chillán, que llegó unos días antes que las demás y convenció al gobernador realista que el ataque principal sería por el sur.
El Cruce de los Andes.
Las dos columnas principales estaban formadas por 3.500 soldados, cien baqueanos, mil caballos, diez mil mulas (de las que llegaron cuatro mil), treinta cañones, casi un millón de cartuchos de fusil, varias toneladas de pólvora, y alimento para todos los hombres y animales para un mes de marcha.
1. LA COLUMNA DEL GENERAL SAN MARTIN (17-01-1817).
El grueso del ejército al mando del propio jefe de la expedición, el general San Martín, tomó la ruta llamada corrientemente Paso de Los Patos. El cuerpo estaba formado por la vanguardia al mando del brigadier mayor Estanislao Soler, el centro al mando del brig. Bernardo O'Higgins, la escolta de granaderos al mando de tte. cnel. Mariano Necochea y la retaguardia al mando del tte. cnel. Pedro Regalado de la Plaza, que conducía la maestranza del ejército. Había varios días de diferencia entre la vanguardia y la retaguardia. San Martín fue de los últimos en partir, porque precisamente estuvo controlando lo más importante, es decir la salida en orden del ejército.
O`Higgins, quien iba al centro, le escribía casi cotidianamente a San Martín, que venía uno o dos días más atrás, y le informaba sobre su marcha y la de Soler (Las cartas de O'Higgins son uno de los documentos más precisos para conocer las alternativas de la marcha del ejército a través de las montañas sanjuaninas).
El cuerpo abrió la marcha desde El Plumerillo el 19 de enero de 1817, tomó por Jagüel, Yalguaraz, Río de los Patos, salvó el alto cordón del Espinacito por el paso homónimo, situado a 5.000 metros. El 2 de febrero de 1817 inició el paso de la cadena limítrofe por el Paso de las Llaretas. Esta columna tropezó con las mayores dificultades, pues fue preciso escalar cuatro cordilleras. Soler que iba adelante logró las victorias de Achupallas (4 de febrero de 1817) y Las Coimas (7 de febrero de 1817). Al día siguiente ingresaron en San Felipe.7
2. LA COLUMNA DE LAS HERAS (18-01-1817).
En la misma fecha, se produjo la reunión con la división principal que el día anterior había salido victoriosa en la acción de Las Coimas.
Las dos debían reunirse en el valle del Aconcagua, mientras que efectivos menores dispersaban las fuerzas enemigas, induciéndolas a engaño respecto del avance de la agrupación principal.
El cruce fue verdaderamente épico: no sólo cruzaron una de las cadenas montañosas más altas del mundo (Las Heras registró que cruzó el paso de la Cumbre, de 3.500 metros, a las tres de la mañana), sino que lo hicieron por un desierto que en parte no tenía siquiera agua.
El único medio día de descanso que tuvieron fue durante una tormenta de granizo que los obligó a detenerse.
La Independencia de Chile
Las fuerzas de Las Heras, de O’Higgins y de Soler se reunieron el 8 de febrero en el Campamento de Curimón. Ante las noticias del avance del jefe realista, coronel Rafael Maroto, hacia las casas de Chacabuco, San Martín ordenó el avance.
El 12 de febrero se libró la Batalla de Chacabuco, en la que el Ejército de Los Andes obtuvo la victoria sobre los realistas, que perdieron 500 muertos y 600 prisioneros. Los patriotas tuvieron que lamentar sólo 12 bajas.
Días después, San Martín ordenó a Las Heras que persiguiera a los realistas hasta Concepción, pero éste no pudo impedir que se atrincheraran enTalcahuano. O'Higgins intentó capturar esa fortaleza, pero fue completamente vencido. Aprovechando esa posición, el virrey del Perú envió refuerzos para los realistas, al mando del ex gobernador Mariano Osorio.
Mientras tanto, San Martín viajó a Buenos Aires, a pedir más colaboración a Pueyrredón, que debería también formar una escuadra. A su regreso ordenó a sus hombres replegarse hacia el norte, reuniendo unos 8.000 hombres en las afueras de Talca. Allí se produjo el 19 de marzo de 1818 la sorpresa de Cancha Rayada, en que el Ejército Unido bajo las órdenes de San Martín fue derrotado cuando realizaba una maniobra nocturna para evitar un inminente ataque. En la oscuridad se generó una gran confusión, y los españoles perdieron 300 hombres, pero quedaron dueños del campo y capturaron el parque, fusiles y cañones, levantando mucho la moral de sus tropas. Los patriotas tuvieron 120 bajas, pero la división a cargo de Las Heras emprendió una retirada ordenada sustrayéndose a la lucha, con lo que pudo iniciar la reorganización de los restos del Ejército Unido.
La desmoralización hizo efecto en Santiago, y muchos patriotas escribieron a Osorio pidiendo clemencia, mientras otros huían a las Provincias Unidas. Pero San Martín no se dio por vencido, y en quince días puso nuevamente a su ejército en condiciones de luchar nuevamente. San Martín esperó a Osorio en los llanos del río Maipo.
Parte donde San Martín anuncia a O'Higgins la victoria en la Batalla de Maipú.
El 5 de abril se produjo la batalla de Maipú, en que fuerzas patriotas obtuvieron una completa victoria. El adversario dejó en el campo de batalla 2.000 cadáveres, cerca de 2.500 prisioneros, todo su armamento y material de guerra. El brigadier O'Higgins, herido en Cancha Rayada, no participó de la batalla; pero se hizo presente una vez finalizada la lucha, montado en su caballo, para abrazar a San Martín y llamarlo "Salvador de Chile".
El escueto parte de la victoria dice:
«Acabamos de ganar completamente la acción. Nuestra caballería los persigue hasta concluirlos. La patria es libre, abril de 1818. San Martín.»
En efecto, con la batalla de Maipú se obtuvo definitivamente la victoria sobre las tropas realistas, asegurando finalmente la independencia de Chile.
El gobierno de Chile lo premió con una vajilla de plata y 6.000 pesos, pero San Martín rechazó ambos regalos diciendo: «No estamos en tiempos para tanto lujo.»
Sin embargo, San Martín tuvo opositores locales, como los hermanos Carrera, líderes de un sector opositor a O’Higgins, que conspiraban contra San Mertín y especialmente contra O'Higgins. Juan José y Luis Carrera fueron arrestados, y José Miguel huyó a la Banda Oriental. Poco antes de Maipú, Juan José y Luis Carrera fueron fusilados en Mendoza por orden del gobernador Toribio de Luzuriaga a instancias de Bernardo de Monteagudo,19 que poco después volvería a Chile.20 Desde entonces, José Miguel Carrera intentaría volver a su país para deponer a O'Higgins y juzgar a San Martín por la ejecución de sus hermanos.
Preparativos para una nueva campaña
Luego de la emancipación chilena San Martín se trasladó a Buenos Aires para obtener del gobierno un empréstito que permitiera costear los gastos de la Expedición Libertadora del Perú. Pueyrredón le prometió 500.000 pesos pero luego hubo dificultades para cumplir la promesa debido a las luchas internas entre Buenos Aires y los caudillos federales. Entonces San Martín renunció a la jefatura del ejército. Ante este hecho, el Directorio envió a San Martín 200.000 pesos, y junto a la ayuda financiera obtenida de O’Higgins, ambos lograron armar una escuadra, prácticamente comprada en Gran Bretaña, al mando de Alexander Cochrane.
El Gobierno de Chile determinó que San Martín sería el comandante en jefe de la expedición, que navegaría bajo bandera chilena. Finalmente San Martín fue designado general en jefe del Ejército de Chile, y general del mismo, siéndole conferido ad honorem el grado de Capitán General del ejército de Chile dos días después de ello. Cuando se disponía a reanudar la campaña al Perú recibió la orden del Directorio de marchar hacia el Litoral Argentino con su ejército para combatir a los federales de Santa Fe y Entre Ríos. San Martín se negó de plano, y ante la insistencia respondió con el silencio. En febrero de 1820, la victoria del Partido Federal provocó la caída del Directorio de las Provincias Unidas, quedando el país sin gobierno central.21 Esta situación dejó sin respaldo legal su autoridad, por lo que renunció frente a los oficiales argentinos; pero estos, dirigidos por el coronel Enrique Martínez, rechazaron su renuncia.
Finalmente, el 20 de agosto de 1820 partía San Martín junto a la expedición desde Valparaíso hacia el Perú. La expedición estaba constituida por alrededor de 4.500 hombres, pertenecientes al Ejército libertador de los Andes y al Ejército de Chile, de los cuales 1.600 eran marinos. Se embarcaron en ocho navíos de guerra y dieciséis transportes. No se puede especificar a ciencia cierta cuantos soldados argentinos y cuantos chilenos conformaban la expedición y que número prevaleció pero la mayor parte de los oficiales eran argentinos y los jefes navales de orígenes varios, siendo de destacar los británicos entre quienes se encontraba Cochrane, franceses como Hipólito Bouchard y chilenos como Manuel Blanco Encalada.
Independencia y Protectorado del Perú
San Martín proclamando la Independencia del Perú frente a la multitud reunida en la Plaza de Armas de Lima(óleo de Juan Lepiani, en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú).
Acta de la Independencia del Perù.
El virrey Pezuela, tenía bajo su mando a unos 20.000 soldados, distribuidos por todo el virreinato, de los cuales la mayor parte defendía Lima. Tratando de ganar tiempo para reunir a todos los soldados, planteó una salida diplomática al conflicto, que finalmente no llegó a ningún acuerdo aceptable para San Martín. Éste envió una división al mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales por la ruta de la sierra, para perseguir a las divisiones realistas ubicadas en esa zona y propiciar la insurrección de las poblaciones a lo largo de su trayecto.
San Martín se reembarcó en la escuadra, y en los primeros días de noviembre desembarca en la localidad de Huacho, donde fortificó su posición e inició su estrategia para sitiar definitivamente Lima.
El 29 de enero de 1821 se sublevaron altos oficiales realistas contra el virrey Pezuela, quien renunció a su cargo y fue sustituido por el general José de La Serna, que sería confirmado más tarde como virrey del Perú por la corona. El nuevo virrey propuso a San Martín nuevas negociaciones diplomáticas, las cuales finalmente fracasaron debido a que la propuesta definitiva del general era la independencia del Perú. El sitio de Lima se prolongó por algunos meses; en el mes de marzo arribó al Perú el capitán Manuel Abreu, enviado por el rey de España como emisario pacificador, sin ninguna consecuencia favorable para los independentistas. San Martín decidió iniciar una nueva estrategia y envió dos ejércitos, uno al mando del general Guillermo Miller, para desembarcar en las costas del sur, y otra al mando del general Arenales, hacia la sierra.
Pocos días después se pasó a sus filas uno de los más destacados regimientos de las fuerzas del virrey: el regimiento realista Numancia, compuesto de venezolanos y neogranadinos, que había sido formada en Venezuela en 1813 y enviada al Perú tres años más tarde en por Pablo Morillo. Esta deserción en masa desmoralizó al resto de las fuerzas realistas, obligando a De La Serna a abandonar la ciudad el 5 de julio, internándose en la sierra. Esto le abrió las puertas de Lima a San Martín.22
Gobierno en Perú
Formó su ministerio con los ministros Hacienda Hipólito Unanue, de Hacienda, Juan García del Río, de Relaciones Exteriores yBernardo de Monteagudo, de Guerra y Marina. En el mes de octubre dictó un Estatuto Provisorio de Gobierno, en el cual se establecía la división territorial, la libertad de vientres, y la libertad de los indígenas de los tributos específicos.23 Jurídicamente, el Reglamento establecía que
“todas las leyes, ordenanzas y reglamentos quedan en su fuerza y vigor, mientras no sean derogadas o abrogadas por autoridad competente.”24
Fundó la Sociedad Patriótica, formada por 40 ciudadanos peruanos, a quienes consideró los más ilustrados entre los decididos por la causa independentista. Ésta se enfrascó en discusiones sobre la forma más conveniente de gobernar el país, entre la monarquíaconstitucional que apoyaba San Martín y defendían los ministros Unanue y Monteagudo, y la república, que defendían Manuel Pérez de Tudela y Mariano José de Arce. En apoyo a sus ideas monarquistas, envió a García del Río y Diego Paroissien a Europa, a conseguir un príncipe de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, para que reinara en el Perú. También debían contratar un empréstito para continuar la campaña militar.23
Estableció la libertad de comercio y la libertad de imprenta, pero no permitió otro culto religioso que el católico. Expulsó a miles de españoles nototiamente contrarios a la independencia y confiscó sus bienes.24
Desde Ancón, y posteriormente desde Lima, San Martín envió una serie de campañas para incorporar al Protectorado al resto del Perú, pero algunos triunfos parciales no pudieron evitar que el Virrey se hiciera fuerte en la Sierra, fijando su capital en Cuzco; el Protector no tenía fuerzas para enfrentarlo con probabilidades ciertas de triunfar.27
Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realizó la Entrevista de Guayaquil, donde se reunió con Simón Bolívar, teniendo como tema principal la liberación del Perú, principal baluarte realista en Sudamérica. Tras una conversación privada, cuyo contenido sólo se puede conjeturar, cedió a Bolívar la iniciativa y conclusión de la campaña libertadora.29
Poco después decidió retirarse de todos los cargos y volver a su país.
"He convocado al Congreso para presentar ante él mi renuncia y retirarme a la vida privada con la satisfacción de haber puesto a la causa de la libertad toda la honradez de mi espíritu y la convicción de mi patriotismo. Dios, los hombres y la historia juzgarán mis actos públicos."
José de San Martín (carta a Bolívar. Lima, 10 de septiembre de 1822)
Su gobierno habia durado desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.
El retiro
Daguerrotipo de San Martín a los setenta años de edad (1848).
Monumento "Al abuelo inmortal", en Buenos Aires, en que se lo representa junto a sus nietas
Vuelto a Mendoza en enero de 1823, pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa que estaba gravemente enferma. Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador Martín Rodríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro para San Martín volver a la ciudad. Su apoyo a los caudillos del Interior y la desobediencia a una orden que había recibido del gobierno de reprimir a los federales, le valió que los unitarios quisieran someterlo a juicio.
Al empeorar la salud de su esposa, decidió viajar a Buenos Aires. Al llegar, su mujer ya había fallecido el 3 de agosto de 1823. La lápida de su sepultura, que puede leerse en el Cementerio de la Recoleta, reza: «Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín».
Al llegar a Buenos Aires se le acusó de haberse convertido en un conspirador. Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales decidió marcharse del país con su hija, quien había estado al cuidado de su abuela. El 10 de febrero de 1824 partió hacia el puerto de El Havre (Francia). Tenía 45 años y era generalísimo del Perú, capitán general de la República de Chile y general de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego de un breve período en Escocia, se instalaron en Bruselas y poco después en París. Su única obsesión era la educación de su hija Mercedes. En 1825redactó las Máximas para Merceditas, donde sintetizaba sus ideales educativos.
Ofreció sus servicios a las autoridades argentinas con motivo de la guerra con Brasil, sólo después de la renuncia de su despreciado enemigo Rivadavia a la presidencia; pero la guerra ya había prácticamente terminado.
En marzo de 1829 intentó regresar a Buenos Aires, al saber que había vuelto a estallar la guerra civil, permaneció a bordo de incógnito, aunque fue descubierto. Su antiguo subordinado, el general Juan Lavalle, había derrocado y fusilado al gobernador Manuel Dorrego, pero ante la imposibilidad de vencer en la contienda, ofreció a San Martín, la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, pero éste juzgó que la situación a que había llevado el enfrentamiento sólo se resolvería por la destrucción de uno de los dos partidos. Respondió a Lavalle que: «el general San Martín jamás desenvainará su espada para combatir a sus paisanos». Posteriormente se trasladó a Montevideo, donde permaneció tres meses, para finalmente volver a Europa.
Durante los años que duró su exilio, San Martín mantuvo contacto con sus amigos en Buenos Aires, tratando de interiorizarse de lo que sucedía en su país. En 1831 se radicó en Francia, en una finca de campo cercana a París. Por esos años tiene lugar su afortunado encuentro con su antiguo compañero de armas en el ejército español, Alejandro Aguado, marqués de las Marismas del Guadalquivir, quien, convertido en un exitoso banquero, designó a San Martín tutor de sus hijos, con una generosa paga. Tres años más tarde y gracias al dinero ahorrado trabajando con su amigo y gracias a la venta de las fincas con que lo habían premiado el gobierno de Mendoza y el de Perú, se mudó a una casa que compró en Grand Bourg.31
Recibió la visita de varios personajes americanos, en general jóvenes románticos y liberales, exiliados de su país, como Juan Bautista Alberdi (en 1843) y Domingo Faustino Sarmiento (entre 1845 y 1848), que viajó a Europa por encargo del gobierno de Chile y se encontró con San Martín en Grand Bourg en varias oportunidades. Hasta sus últimos años mantuvo correspondencia con su gran amigo Tomás Guido, quien lo mantenía informado sobre la situación política en América.
Testamento y muerte
Entre sus cláusulas establecía:
§ Que Mercedes otorgue a su tía María Elena una pensión hasta su fallecimiento.
§ Que a la muerte de María Elena le otorgue una pensión a la hija de ésta, Petronila.
§ Que su sable corvo favorito, el de las batallas de Chacabuco y Maipú, fuera entregado al gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, «como una prueba de la satisfacción que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla».32
§ Prohibió la realización de funerales y de acompañamientos hasta el cementerio, «pero sí desearía que mi corazón fuese sepultado en Buenos Aires».
§ Declaraba como su primer título el de generalísimo del Ejército del Perú.
En marzo de 1848, al estallar la revolución de ese año en París, se traslada a la ciudad costera de Boulogne-sur-Mer, estableciéndose en una habitación alquilada. Allí falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850, en compañía de su hija Mercedes y de su yerno. Según cuenta la leyenda, el reloj de la casa dejó de funcionar a esa hora y aún sigue marcando las 3 en punto. Casualmente, en el mismo país donde murió San Martín, Francia, moría Honoré de Balzac, un día después.
Sus restos
En 1861 sus restos fueron trasladados a la bóveda de la familia González Balcarce, ubicada en el cementerio de Brunoy, Francia. Luego hubo varios intentos de repatriarlos a los que se opuso su hija, quien como esposa del embajador en Francia y afincada en ese país, prefería que permanecieran cerca de su residencia. A la muerte de Mercedes San Martín en febrero de1875 se activaron las gestiones y durante la presidencia de Nicolás Avellanedase creó la «Comisión encargada de la repatriación de los restos del Libertador». La repatriación de los restos de José de San Martín finalmente se produjo el 28 de mayo de 1880 cuando fueron conducidos a Buenos Aires por el vapor transporte Villarino en su viaje inaugural, arribando en una masiva celebración pero en vísperas del estallido de la revolución de 1880.
Una leyenda urbana sostiene que la Iglesia Católica se habría opuesto a que se depositaran sus restos en la Catedral dada su condición de masón que acarreaba, de suyo, la excomunión.33 Según la leyenda mencionada, sólo tras largas negociaciones se habría alcanzado un acuerdo, en virtud del cual el féretro descansaría en una de las naves laterales de la catedral, e inclinado con su cabeza hacia abajo. Esta leyenda ha sido refutada por los investigadores especializados, como Enrique Mario Mayochi del Instituto Nacional Sanmartiniano, quien comenta, respecto de la sepultura: «...fue la Municipalidad de Buenos Aires la que gestionó la cesión de parte del recinto catedralicio y... la autorización debida fue dada por la autoridad eclesiástica por entender, como antes se dijo, que sería una gloria tener y custodiar los restos del Libertador. Cuanta otra cosa se diga no pasa de especulación infundada o añagaza malintencionada.»34
En el mausoleo se encuentra escrito: «Triunfó en San Lorenzo, afirmó la Independencia Argentina, pasó los Andes, llevó su bandera emancipadora a Chile, al Perú y al Ecuador».
Las «Máximas para mi hija»
San Martín escribió una lista de consejos para su hija Merceditas:35
1. Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern36 ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos”.
2. Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
3. Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
4. Estimular en Mercedes la caridad con los pobres.
5. Respeto sobre la propiedad ajena.
6. Acostumbrarla a guardar un secreto.
7. Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
8. Dulzura con los criados, pobres y viejos.
9. Que hable poco y lo preciso.
10. Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
11. Amor al aseo y desprecio al lujo.
12. Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.
Controversias
Masonería
Monumento a San Martín en Santiago de Chile (primera estatua en el mundo dedicada a él)
Existen dos teorías en torno a la supuesta filiación masónica del general San Martín, que generaron polémicas durante varios años. Mientras diversos historiadores afirman que en ningún momento ingresó en una logia masónicaregularmente constituida, hay otros que aseguran lo contrario. Entre los primeros, se argumenta que la totalidad de las logias con las que mantuvo contacto a lo largo de su vida, principalmente la Lautaro, no eran estrictamente masónicas, sino que habrían sido únicamente grupos revolucionarios que tomaron como base de su organización elementos y símbolos masónicos que serían funcionales a su carácter de sociedad secreta.37 Los documentos, no obstante, demuestran que se trataría de una logia operativa, no en el sentido literalmente constructivo como es el caso de las cofradías medievales, sino que ostentaría objetivos revolucionarios.
Por su parte, el historiador Emilio J. Corbière, señala que José de San Martín dio sus primeros pasos en la masonería iniciándose en la Logia Integridad de Cádiz, luego pasaría a formar parte de la Logia Caballeros Racionales n.º 3, donde el 6 de mayo de 1808, le será otorgado el 3.º grado de la masonería simbólica, accediendo de este modo al título de «maestro masón». Tras renunciar a su carrera militar en España, viajó a Inglaterra donde se reunió conCarlos María de Alvear, un reconocido miembro de la Logia Lautaro que trabajaba con la Logia Flor de los Americanos. En una de las Tenidas (o reuniones) se decidió abatir columnas y regresar a suelo americano para llevar a cabo la campaña que allí se habría gestado. Mientras tanto, Simón Bolívarera iniciado por Francisco de Miranda. Al poco tiempo, San Martín, Alvear yZapiola obtenían el grado 5.º de la logia.
Poco después de su llegada, en 1812, junto a sus Hermanos Masones Carlos María de Alvear y José Matías Zapiola funda un Triángulo Masónico que constituiría la base de la futura Logia Lautaro. En ese entonces la Orden ya estaba implantada, con la Logia Independencia que funcionaba desde 1795, pues su llegada al Río de la Plata data de finales del Siglo XVIII, con una importante influencia de la masonería española y no así de la inglesa, como se creyó en un momento. Con el mismo nombre, Independencia, se funda en 1810 una nueva Logia, también conocida como Logia de San Juan, bajo las órdenes del doctor Julián Álvarez que colaboraría enormemente en los comienzos de la Lautaro.
Siguiendo la antigua tradición de adoptar nombres simbólicos o iniciáticos, José de San Martín era conocido entre los lautarinos como Hermano Inaco.
En una carta dirigida al general Guillermo Miller, respondiendo a preguntas concernientes a la Logia de Buenos Aires, San Martín escribe:
"No creo conveniente hable Ud. lo más mínimo de la logia de Buenos Aires. Estos son asuntos enteramente privados, y que aunque han tenido y tienen una gran influencia en los acontecimientos de la revolución de aquella parte de América no podrían manifestarse sin faltar por mi parte a los más sagrados compromisos. A propósito de logias, sé a no dudar, que estas sociedades se han multiplicado en el Perú de un modo extraordinario. Esta es una guerra de zapa que difícilmente se podrá contener, y que hará cambiar los planes más bien combinados".
La Logia de Buenos Aires, de acuerdo a las palabras del investigador y escritor masónico Albert Gallatin Mackey, sería destinada a los Grados Superiores y determinaría las decisiones políticas que deberían ser implementadas.
El general Tomás de Iriarte en sus memorias declara que tanto la Logia Lautaro como la Logia de Julián Álvarez eran masónicas. Sin embargo, Bartolomé Mitre, masón grado 33, escribió en su "Historia de San Martín y la Emancipación Sudamericana" que la Logia Lautaro era una sociedad secreta de carácter netamente político, que no pertenecía a la masonería.
En 1825, en Bruselas, San Martín recibe una medalla masónica con su efigie por parte de la Logia belga La Parfaite Amitié (La Perfecta Amistad), en reconocimiento a su labor desempeñada en la revolución americana. Esta medalla suele ser utilizada para demostrar la pertenencia de San Martín a la masonería, cosa que no está probada documentalmente.
En todo caso, todo parece indicar que si bien es muy probable que San Martín haya sido iniciado en Europa, su relación con la masonería se diluyó con el paso de los años. La polémica seguirá abierta entre quienes defienden un punto de vista y otro, ambas posturas son desde luego respetables y exhiben sus respectivos argumentos.
Por último, cabe destacar que una gran mayoría de las afirmaciones, tanto en pro como en contra de su filiación masónica han carecido de objetividad, tratándose temas de fondo que trascienden la cuestión e incluso proyectándose ideas en contra o a favor de acuerdo a la ideología personal de los investigadores.