Rosas gobernaba la
provincia de Buenos Aires, por decisión de la Legislatura , con gran
influencia de Buenos Aires sobre el resto del territorio nacional, desde 1829, ejerciendo
en nombre de todas las provincias unidas, las relaciones exteriores.
Partidario de una
organización de hecho y no de derecho, se mostraba contrario a sancionar una
Constitución que diera consistencia jurídica al país.
El 1 de mayo de 1851,
Urquiza, gobernador de Entre Ríos, realizó “El Pronunciamiento” contra Rosas,
aceptando la renuncia que periódicamente Rosas presentaba, y le era rechazada,
sobre el manejo de las relaciones exteriores.
El 29 de mayo firmó una
alianza con Brasil para defender la soberanía y la paz de la Banda Oriental ,
logrando terminar con el sitio de Montevideo.
La invasión a la Banda Oriental por
parte de Brasil, y la incursión de una escuadra brasileña en los ríos interiores
de la República
Argentina , dieron motivos a Rosas para declarar la guerra al
Imperio del Brasil, el 18 de agosto de 1851.
Esto favoreció los
planes de Urquiza, que firmó con Uruguay y Brasil, un tratado el 21 de
noviembre de 1851, para enfrentar a Rosas.
Reunió un ejército,
conocido como “Ejército Grande” compuesto por 10.000 entrerrianos y 5000
correntinos, éstos últimos a las órdenes de Virasoro, en su mayoría gauchos, a
los que se sumaron uruguayos (2.000 efectivos) y brasileños ( 4.200 hombres bien
entrenados del ejército imperial) que ocuparon la parte central de las
operaciones de batalla.
Además contaban con
fuerzas reservistas brasileñas situadas en Colonia, al mando del Marqués de
Caxias (“Ejército Chico” de 12.000 personas) que le cerraba el paso a Rosas
hacia Santa Fe, para impedir que interceptara a Urquiza.
Estaban dotados de
cohetes y 45 cañones. Eran sus jefes: Urquiza, Caxias y Márquez de Souza. “El
Entrerriano” y su gente, con una caballería sumamente entrenada, enfrentaron a
las fuerzas de la
Confederación Argentina , que reunían una infantería de 22.000
hombres, más 12.000 a
caballo, contando con 60 cañones, pero mal acondicionados.
El General Juan Manuel
de Rosas, confió la
Dirección General de la batalla al general Ángel Pacheco.
Los antirosistas en el
camino, tuvieron sus complicaciones. A la altura de “El Espinillo”, el
“Regimiento Aquino”, asesinó a sus jefes y se pasó al bando rosista.
Urquiza cruzó el Paraná
a mediados de diciembre, apoyado por la escuadra brasileña, logrando el 30 de
enero, trasponer el río Las Conchas, sin ser detenido por Pacheco, que tras ese
episodio renunció.
Rosas entonces, tomó el mando supremo del ejército, y marchó con sus hombres hacia Caseros, tras una reunión con otros jefes, a quienes solicitó ayuda tras la renuncia de Pacheco, entre los cuales estaban el Coronel Chilavert (que era contrario a enfrentarse en Caseros, pero no había tiempo para elegir otro sitio, por la proximidad del enemigo) y otros militares del mismo rango, como Costa, Bustos, Lagos, Díaz, Maza, Hernández, Cortina, y el General Pinedo. Díaz y Chilavert no eran partidarios del régimen rosista, pero decidieron apoyarlo para enfrentarse a Brasil.
Rosas entonces, tomó el mando supremo del ejército, y marchó con sus hombres hacia Caseros, tras una reunión con otros jefes, a quienes solicitó ayuda tras la renuncia de Pacheco, entre los cuales estaban el Coronel Chilavert (que era contrario a enfrentarse en Caseros, pero no había tiempo para elegir otro sitio, por la proximidad del enemigo) y otros militares del mismo rango, como Costa, Bustos, Lagos, Díaz, Maza, Hernández, Cortina, y el General Pinedo. Díaz y Chilavert no eran partidarios del régimen rosista, pero decidieron apoyarlo para enfrentarse a Brasil.
El escenario del
encuentro fue en una zona cercana a la ciudad de Buenos Aires, en una estancia,
donde e habían acuartelado los rosistas.
El día: el 3 de febrero
de 1852. Lamadrid y Medina en el ala derecha del bando de Urquiza, arremetieron
contra la izquierda rosista, aniquilándola.
Las últimas fuerzas de
Rosas, en sucumbi,r fueron las que estaban al mando de Martiniano Chilavert. En
aproximadamente cinco horas las fuerzas de la Confederación habían
perdido la batalla. Rosas, herido en una mano, buscó refugio en Buenos Aires,
donde presentó su renuncia, redactada en lo que hoy es, Plaza Garay, en ese
entonces, Hueco de Los Sauces. Luego, se dirigió a Gran Bretaña, exiliado, para
no retornar jamás.
El día 20 de febrero de
1852, las fuerzas de Urquiza entraban triunfales en Buenos Aires. Junto a Justo
José de Urquiza, otras destacadas figuras, como Domingo Faustino Sarmiento y
Bartolomé Mitre hicieron su ingreso glorioso.
Urquiza se instaló en
la residencia de Palermo, donde viviera Rosas. La gobernación de Buenos Aires
fue ocupada interinamente por Vicente López y Planes. La Constitución para el
país ya era un hecho, que se concretó en 1853, y aún sigue vigente, con
modificaciones.
Los desertores de las fuerzas de Urquiza fueron ejecutados, como Chilavert, y los pocos hombres que quedaron del regimiento Aquino. El estado argentino debió soportar el pago de una deuda hacia el imperio de Brasil, que le había concedido un préstamo de 100.000 patacones a un interés del 6 % anual.
Los desertores de las fuerzas de Urquiza fueron ejecutados, como Chilavert, y los pocos hombres que quedaron del regimiento Aquino. El estado argentino debió soportar el pago de una deuda hacia el imperio de Brasil, que le había concedido un préstamo de 100.000 patacones a un interés del 6 % anual.
ANTECEDENTES.
Luego de sancionada la Constitución Nacional
de 1853, de carácter federal, que con modificaciones se mantiene vigente, no
quedó aún concluida la rivalidad entre Buenos Aires y la Confederación. Esta
última, ante la separación de los porteños, estableció su capital en Paraná
(provincia de Entre Ríos). En 1854, asumió el primer presidente constitucional
de la confederación: Justo José de Urquiza.
Buenos Aires sufrió
restricciones, comerciales, al gravarse sus productos en forma más perjudicial
que los que operaban a través del puerto de Rosario, pero aún así se mantenía
en una situación económicamente pujante.
La discordia entre
unitarios y federales se agravó cuando el gobierno porteño prestó ayuda al
líder del partido Colorado, de la República Oriental del Uruguay, que se había
refugiado en Buenos Aires, y desde allí planeó una invasión a su país para
reconquistar el mando en manos del Partido Blanco, que obtuvo el apoyo de la Confederación.
Otro problema surgió
tras el asesinato del ex gobernador sanjuanino, el caudillo, general Benavides,
por parte de quien estaba a cargo del gobierno de esa provincia, Gómez Rufino,
acto que fue apoyado por el gobierno porteño, lo que les valió ser acusados por
la Confederación
de planear el crimen.
Santiago Derqui,
ministro del Interior de la
Confederación viajó a San Juan donde detuvo y trajo
prisionero a Paraná, a Gómez Rufino.
La suerte de las relaciones entre porteños y provincianos estaba sellada: la guerra era inminente.
La suerte de las relaciones entre porteños y provincianos estaba sellada: la guerra era inminente.
El problema intentó ser
mediado por Benjamín Yancey, ministro plenipotenciario de Estados Unidos, y por
el hijo del presidente paraguayo, Francisco Solano López, con resultado
negativo, ante la posición intransigente de las partes, sobre todo la del
gobernador de Buenos Aires, Valentín Alsina que exigía que Urquiza fuera
depuesto.
El 1 de abril de 1859, por ley del Congreso se ordenó a Urquiza incorporar a Buenos Aires al resto del país, ya sea en forma pacífica, o, en caso necesario, por medio de la fuerza.
El 1 de abril de 1859, por ley del Congreso se ordenó a Urquiza incorporar a Buenos Aires al resto del país, ya sea en forma pacífica, o, en caso necesario, por medio de la fuerza.
Era principios de
octubre cuando la ciudad de Rosario recibió en sus cercanías, a Justo José de
Urquiza, al mando de 14.000 hombres. En San Nicolás, se apostó Mitre al mando
de las fuerzas porteñas, reuniendo 10.000 hombres. Los federales superaban a
los unitarios, sobre todo en la caballería.
El encuentro se produjo en la cañada de Cepeda,
el 23 de octubre de 1859, y la caballería federal se impuso, obligando a Mitre
a retirarse a San Nicolás y desde allí a Buenos Aires.
CONSECUENCIAS
El triunfo federal, significó que estos se
sintieran fuertes, y Urquiza, que se había asentado en San José de Flores,
exigió la destitución de Alsina, para aceptar negociar. El 8 de noviembre,
Alsina renunció, asumiendo en forma provisoria Felipe Lavallol. La negociación
se realizó con la mediación del general Francisco Solano López.
El Pacto de San José de Flores, celebrado el 10
de noviembre de1859, significó que Buenos Aires y la Confederación , se
integrarían bajo un gobierno y una constitución común. Esta Constitución,
sancionada en 1853, podía ser revisada por los porteños, ya que no habían
participado en su redacción.
ANTECEDENTES
El largo conflicto entre Buenos Aires y la Confederación , tuvo
su punto culminante en la batalla de Cepeda del 23 de octubre de 1859, que no
pudo ser impedida, aún por las gestiones del representante de Estados Unidos,
Yancey, y por Francisco Solano López, ministro plenipotenciario paraguayo.
En esta batalla, Urquiza, al mando de los
ejércitos de la confederación, derrotó a los porteños, al mando de Mitre. El 11
de noviembre se firmó el Pacto de San José de Flores, por el cual Buenos Aires
se incorporaría a la
Confederación. Como esa provincia, no había intervenido en la
sanción de la
Constitución de 1853, debía convocar a una Convención que la
estudiaría, a efectos de proponer las reformas que considerase pertinentes.
En septiembre de 1860, se reunió una Convención
nacional, que reformó la
Constitución de acuerdo a lo propuesto por Buenos Aires.
La paz nacional parecía asegurada. Sin embargo,
el 16 de noviembre de 1860, se produjo el asesinato del coronel José Virasoro,
designado por influencia de Urquiza, como gobernador de la provincia de San
Juan. Junto a él, mataron salvajemente a toda su familia. El asesinado era un
hombre sin muchas condiciones políticas, que gobernaba en firma dictatorial, e
iba a peticionarse su renuncia.
El señalado como promotor del crimen fue un
sujeto de la amistad de Sarmiento y de Mitre, llamado Antonino Aberastain,
quien ocupó el cargo vacante de gobernador sanjuanino. En Buenos Aires, se
festejó el hecho criminal, por considerarse que había desaparecido un tirano,
lo que generó reacciones de oposición en la Confederación.
Mitre, gobernador de Buenos Aires, negó toda
vinculación con los sangrientos hechos, y de acuerdo con Derqui, quien había
asumido democráticamente, como Presidente, el 5 de marzo de 1860, al expirar el
período presidencial de Urquiza, aceptó la designación de un interventor para
la provincia cuestionada. Fue designado para esa función, el gobernador de San
Luis, Juan Saá. Éste se enfrentó por las armas con Aberastain y lo venció en la Rinconada del Pocito,
tras lo cual vengó la muerte de Virasoro matando a Abarastain y a muchos de sus
hombres.
Estos excesos cometidos por Saá, fueron
inculpados a Derqui, por parte de Mitre, aunque el Presidente, se manifestó en
desacuerdo y molesto por lo acontecido.
Este hecho, sumado al rechazo de los diputados
porteños al Congreso Nacional por haberse seguido en su designación el
procedimiento de la ley provincial, y no el de la nacional, hicieron que
nuevamente el conflicto, entre Buenos aires y la Confederación ,
resurgiera.
El Pacto de San José de Flores fue anulado por
el Congreso, organismo que autorizó al Poder Ejecutivo Nacional a intervenir y
pacificar la provincia de Buenos Aires.
El 24 de mayo de 1861, Derqui intervino la
provincia de Córdoba, lo que fue visto por Urquiza y sus hombres como una
traición. A esto se sumó el hallazgo de unas cartas en las que Derqui hablaba
de neutralizar a Urquiza.
Derqui se retiró a Córdoba para preparar las
fuerzas que enfrentarían al gobierno porteño. Mientras tanto, en el
vicepresidente Pedernera, puso las tropas entrerrianas y correntinas al mando
de Urquiza, quien convencido de que era traicionado por el gobierno central no
puso demasiado entusiasmo en la empresa.
Se intentó llegar a una solución pacífica mediante la mediación de Inglaterra, Francia y Perú. Se logró reunir a las fuerzas en pugna, pero la batalla ya era un hecho, al no deponer ninguna de las partes su actitud belicista.
Se intentó llegar a una solución pacífica mediante la mediación de Inglaterra, Francia y Perú. Se logró reunir a las fuerzas en pugna, pero la batalla ya era un hecho, al no deponer ninguna de las partes su actitud belicista.
LA BATALLA
La batalla se produjo en Pavón, en la Provincia de Santa Fe,
el 17 de septiembre de 1861. Urquiza se había instalado con 17.000 hombres, en
las nacientes del arroyo Pavón, contando con el apoyo de Virasoro, Francia, Saá
y López Jordán.
Mitre acampó al sur del arroyo del Medio, con 15.400
efectivos. Junto a él, se disponían a la lucha, Paunero, Venancio Flores,
Hornos y Emilo Mitre.
La fuerza de los porteños se basaba sobre todo
en la infantería. La caballería de la Confederación era mucho más efectiva, lo que se
demostró en el campo de batalla donde la poca caballería porteña, sucumbió casi
de inmediato.
En forma súbdita, Urquiza, en el fragor de la
lucha, decidió retirase del campo de batalla, viendo que su infantería había
sido derrotada en el centro, y se habían perdido 32 cañones.
CONSECUENCIAS
CONSECUENCIAS
El día 4 de octubre, Mitre se dirigió hacia
Santa Fe. Sus fuerzas navales ingresaron el día 8 en Rosario, y el ejército, el
día 12.
Ante la derrota, Derqui, establecido en santa
Fe, presentó su renuncia. La presidencia, desempeñada por el vicepresidente. Pedernera,
decretó el 13 de diciembre de 1861, la disolución de las autoridades
nacionales.
Paraná dejó de ser lugar de asentamiento de las
autoridades nacionales, y la provincia de Entre Ríos continuó gobernada por
Urquiza. Éste llegó a un acuerdo con Mitre, para que Entre Ríos y Corrientes no
sean molestadas, a cambio de que Urquiza no se interponga en la destitución de
las autoridades nacionales.
Mitre, vencedor de Pavón, fue reconocido como Encargado del Poder Ejecutivo Nacional. Aceptó la vigencia dela Constitución Nacional ,
llamó a elecciones para integrar un nuevo Congreso y convocó a elecciones
presidenciales. El triunfo lo consagró como Presidente siendo designado el Dr.
Marcos Paz, en el ejercicio de la Vicepresidencia.
Mitre, vencedor de Pavón, fue reconocido como Encargado del Poder Ejecutivo Nacional. Aceptó la vigencia de
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