La conquista del Desierto (1878-1885)
La Conquista del Desierto fue una campaña militar llevada a cabo
entre 1878y 1885 por el gobierno de la República Argentina contra los pueblos amerindios, principalmente de las etnias mapuche y tehuelche, que logró el objetivo de ejercer el
efectivo dominio sobre los territorios de la región pampeana y la Patagonia que
la Argentina
había heredado del Virreinato
del Río de la Plata, perteneciente a la corona de España,
pero que hasta ese entonces permanecían bajo el control de diversas tribus aborígenes.
En un
sentido histórico más amplio, el término incluye también a las campañas
previas a la Conquista del Desierto, es decir, al conjunto de
expediciones militares llevadas a cabo por los españoles y los gobiernos
nacionales y provinciales argentinos que los sucedieron, en contra de los
indios, antes de la gran campaña de 1879.
Antecedentes
Entre 1833 y 1834,
al concluir su primera gobernación en la Provincia de
Buenos Aires, el general Juan Manuel de Rosas emprendió una exitosa campaña contra
las tribus indígenas conocida como Campaña de
Rosas al Desierto. La
situación en la frontera tuvo una precaria paz.
El
enfrentamiento entre la Confederación
Argentina y la Provincia de Buenos
Aires debilitó en sumo
grado la seguridad de las fronteras interiores con los pueblos indígenas que
habitaban en el sur, quienes debido al beneficio que les reportaba la
disminución de las fuerzas en la frontera recrudecieron losmalones contra
los blancos, casi de forma permanente, aprovechando la situación interna
embanderándose tanto a favor de la Confederación -por ejemplo ranqueles y Calfucurá-, y otros a favor de Buenos Aires
-el caso de Cipriano Catriel.
Durante la
presidencia de Domingo Faustino
Sarmiento (1868-1874),
se logró consolidar en el río Quinto la
frontera por el sur del área controlada por las provincias deCórdoba y San Luis,
levantándose los fortínes: Fraga, Romero, Toscas, Villa
Mercedes, Retiro, Totoritas, Esquina, Pringles, Tres de Febrero, El Lechuzo, 1°
de Línea, Sarmiento y Necochea; al este del río Quinto; mientras que al oeste
de ese curso fluvial se erigieron los fortines Achirero, Guerrero y Gainza. El
área controlada por la
Provincia de Buenos Aires por el sur se logró estabilizar en
la línea que unía Lavalle Norte (Ancaló), General Paz, Blanca Grande, Lavalle
Sur (Sanquilcó), y San Martín.
El 5 de
marzo de 1872 con un ejército estimado en
6000 combatientes, Calfucurá inició la llamada invasión grande a la provincia de Buenos Aires. Montó así una fuerza integrada
aproximadamente por sus 1500 lanzas de escolta, sumando 1500 aportadas por Pincén, 1000 argentinos de Neuquén y 1000 chilenos traídos por Alvarito. Sólo
los ranqueles de Mariano
Rosas no se sometieron
al mando de Namuncurá, aunque pelearon por su cuenta.
Los indios con frecuencia
asaltaban los asentamientos fronterizos, robaban caballos y ganado, y las
mujeres y niños capturados eran esclavizados u ofrecidos como esposas a los
guerreros. El ganado robado era
comercializado por hacendados chilenos
que llegaron a instalar una población sobre el río Neuquén, llamada Malbarco,
en donde engordaban la hacienda antes de trasladarla a su país. Las autoridades
chilenas consentían y fomentaban estas actividades.
El
ministro Adolfo Alsina dirigió la defensa de los poblados y estancias y
concentrándose en la frontera de la provincia de Buenos Aires, respondió al
ataque, forzando a los indios a retroceder. Para proteger los territorios
conquistados y para evitar el transporte del ganado robado construyó la llamada Zanja de Alsina, en 1876,
que era una trinchera de
dos metros de profundidad y tres de ancho con un parapeto de un metro de alto
por cuatro y medio de ancho. La
Zanja de Alsina sirvió como límite para los territorios sin
conquistar de 374 km
entre Italó (en
el sur de Córdoba)
y Colonia
Nueva Roma (al norte
de Bahía Blanca).
Pueblos indígenas involucrados
Los
pueblos indígenas que se vieron involucrados en las campañas, incluyendo a los
aliados del gobierno, fueron los siguientes:
§ Ranqueles, surgidos
de la araucanización o mapuchización de un sector de los tehuelches septentrionales,
dominaban el sur de las provincias de Mendoza, Córdoba y San Luis y el norte de
la de La Pampa.
§ Salineros,
gobernados desde las Salinas
Grandes por la
dinastía mapuche de
los Curá, dominaban el sudeste de La
Pampa y el oeste de Buenos Aires.
La campaña de Roca
Hacia la
década de 1870 los continuos ataques masivos que
desde el dominio indígena practicaban los aborígenes contra las estancias y
poblados, mediante los malones dificultaban el progreso de la región y del
país.
Después de
que Adolfo Alsina muriera en 1877,
el general Julio Argentino Roca fue nombrado nuevo ministro de Guerra
por el presidente Avellaneda. Pero, en contraste con su antecesor Alsina, Roca
creía que la única solución contra la amenaza de los indígenas era subyugarlos,
expulsarlos, o asimilarlos. La política de contención del indio en las
fronteras no había dado resultados satisfactorios.
El general
Roca presentó su proyecto de realizar una serie de incursiones militares
llamadas en su conjunto «conquista del desierto» que se llevarían a cabo con
una conjunción entre fuerzas militares nacionales más guerreros de las tribus
aliadas. La finalidad era dar por término a los constantes ataques indios, y al
mismo tiempo, incorporar a los esquemas productivos de la Argentina los
territorios pampeanos y patagónicos donde las distintas tribus amerindias
habitaban, afianzando definitivamente la soberanía nacional.
Para
llevar a cabo este plan, el 4 de octubre de 1878 fue sancionada la ley N° 947, que
destinaba 1.700.000 pesos para el cumplimiento de la ley de 1867 que ordenaba
llevar la frontera controlada efectivamente por el estado argentino hasta los
ríos Negro, Neuquén y Agrio.
Mientras
tanto, los jefes de sectores de fronteras realizaron diversas operaciones
durante el año 1878 y comienzos de 1879, para preparar la ofensiva. El 6 de diciembre de 1878, elementos de la División Puán , al
mando del coronel Teodoro García, se enfrentaron con una fuerza de indios en
las alturas de Lihué Calel. En una batalla breve pero muy reñida, 50 indios
fueron muertos, 270 capturados y 33 colonos europeos fueron puestos en
libertad.
A finales
de 1878, empezó la primera ola para dominar la zona entre la Zanja de Alsina y el río
Negro, a través de ataques sistemáticos y continuos a los toldos de los
indígenas. El coronel Nicolás Levalle, y luego el teniente coronel
Freire, atacaron a las fuerzas encabezadas por Manuel Namuncurá, provocándole
más de 200 muertos. Mientras tanto, el coronel Lorenzo Vintter tomaba prisionero a Juan José Catriel y más de 500 de sus guerreros, a la
vez que se hizo otro tanto con Pincén, cerca de Laguna
Malal. Estos caciques fueron confinados en la isla Martín García.
Posteriormente, elranquel Epumer fue capturado en Leuvucó por el capitán Ambrosio. Otras
acciones fueron dirigidas por el mayor Camilo García, el teniente coronel Teodoro García, el coronel Rudecindo Roca, el coronel Nelson, el mayor Germán Sosa, el coronel Eduardo Racedo, el teniente coronel Rufino Ortega, y el teniente coronel Benito
Herrero. En estas operaciones, unos 400 indios son muertos y más de
4.000 son capturados y unos 150 colonos europeos son liberados y 15.000 cabezas
de ganado son recuperadas.
§ La
primera división, al mando del general Roca, partió de Carhué el
29 de abril de 1879 con 1900 soldados y 105 indígenas
aliados, y el 24 de mayo entraron
en la isla de Choele-Choel. En junio, Roca regresó a Buenos Aires, quedando al mando el coronelConrado Villegas.
§ La
segunda división, al mando del coronel Nicolás Levalle,
partió de Carhué con 325 soldados y 125 indígenas aliados pertenecientes al
cacique Tripailao.
Avanzó hacia Traru-Lauquen en la actual Provincia de La Pampa , y enfrentó a
Namuncurá.
§ La
tercera división, al mando de Eduardo Racedo, partió de Villa Mercedes hacia Potahue con 1350 hombres, entre los que se
contaban guerreros ranqueles de
las tribus aliadas comandadas por los caciques Cuyapán y Simón. Esta división persiguió al
cacique Baigorrita,
no logrando capturarlo, aunque sí tomó prisioneros a 500 de sus indígenas.
§ La
cuarta división, al mando de Napoleón Uriburu,
partió desde San Rafael el 21 de abril, rumbo a la confluencia de los
ríos Limay y Neuquén. Esta división dio muerte, en Chos Malal, al cacique ranquel Peyeumán;
en el río Agrio tomó prisionero al cacique
Painécon 60 de sus guerreros; y finalmente dio muerte al cacique
Baigorrita. Estas acciones dejaron un saldo de 1000 indígenas muertos, y 700
tomados prisioneros.
§ La
quinta división, al mando del teniente coronel Hilario Lagos, partió de Trenque Lauquen, y en Curu-Pichi-Cajuel el teniente coronel Godoy mató al
capitanejo Lemumier y su hijo. Esta columna tomó a 629
indígenas como prisioneros.
Consecuencias
El Informe
Oficial de la
Comisión Científica que
acompañó al Ejército Argentino es considerablemente específico respecto de los
resultados de la guerra:
El año
1879 tendrá en los anales de la República Argentina una importancia mucho más
considerable que la que le han atribuido los contemporáneos. Ha visto
realizarse un acontecimiento cuyas consecuencias sobre la historia nacional
obligan más la gratitud de las generaciones venideras que la de la presente, y
cuyo alcance, desconocido hoy, por transitorias cuestiones de personas y de
partido, necesita, para revelarse en toda su magnitud, la imparcial perspectiva
del porvenir. Ese acontecimiento es la supresión de los indios ladrones que
ocupaban el Sur de nuestro territorio y asolaban sus distritos fronterizos: es
la campaña llevada a cabo con acierto y energía, que ha dado por resultado la
ocupación de la línea del Río Negro y del Neuquén.
Roca, al
mando de un ejército moderno y bien pertrechado, sometió la tenaz pero inútil
resistencia que pudieron ofrecer los otrora indomables mapuches, causando una
gran cantidad de víctimas y desplazando a las poblaciones restantes a regiones
periféricas. En esos mismos años, la misma etnia de los mapuches fue también
derrotada, en este caso por el estado chileno,
pero en la tierra de donde eran originarios, durante la Ocupación de la
Araucanía, denominada en los documentos oficiales chilenos como
«pacificación de la
Araucanía ».
Esta
campaña se realizó, además, porque la persistente dificultad de poblamiento que
la Argentina
había tenido respecto a las tierras patagónicas heredadas de España, había
provocado que otras potencias se fijaran en esa región, en especial el Reino Unido, el cual ya le había arrebatado
las islas Malvinas, y Chile,
que ya contaba con una colonia austral posicionada en el sector del estrecho de
Magallanes otorgado
por el uti possidetis a las Provincias
Unidas.