lunes, 29 de julio de 2013

LAS PROVINCIAS ARGENTINAS EN LOS AÑOS DE LA BATALLA DE CEPEDA (1820)

En 1820 la Batalla de Cepeda marcó el fin del sistema de centralización política y el surgimiento del federalismo de hecho en la Argentina. El Estado Nacional se disolvió y las gobernaciones e intendencias se desintegraron remplazadas por las provincias, surgidas en el núcleo de influencia de las antiguas ciudades del período hispano de las cuales tomaron sus nombres.
Con la disolución del Gobierno Nacional se inició el periodo de las llamadas autonomías provinciales, donde cada provincia se autogobernó, eligió su propia constitución, sus leyes y manejó su economía.

A partir de este período, al no existir un gobierno nacional que esté por encima de las provincias, la importancia de los caudillos provinciales se acentuó.

 

 La situación de Buenos Aires (1820)

Gobierno de Manuel Sarratea

Luego de que López y Ramírez exigieran la disolución de las autoridades nacionales y la formación de un gobierno representativo de la soberanía popular, un cabildo abierto se reunió el 16 de febrero de 1820, el cual dispuso la formación de una Junta de Representantes. Esta Junta eligió gobernador de la provincia a Manuel de Sarratea, un político y diplomático que contaba con el apoyo de los vencedores, pero que carecía del de Buenos Aires.

El tratado de Pilar (febrero de 1820)

Sarratea se propuso llegar a un acuerdo con López y Ramírez, y el 23 de febrero firmó el Tratado del Pilar, el cual principalmente proclamaba la unidad nacional y el sistema federal, aseguraba la paz entre las provincias que lucharon en la batalla de Cepeda, declaraba navegables para las provincias amigas los ríos Uruguay y Paraná, concedía amplia amnistía a los desterrados y/o perseguidos políticos y establecía que Buenos Aires se comprometiese a defender a las provincias de un posible ataque portugués. También se convocaba a una reunión de representantes de las tres provincias en el convento de San Lorenzo Las principales disposiciones del tratado fueron que:
§                    Proclamaba la unidad nacional y el sistema federal (preconizado por José Gervasio Artigas).
§                    Convocaba, en el plazo de 60 días, a una reunión de representantes de las tres provincias en el convento de San Lorenzo, para convenir la reunión de un congreso que permitiese reorganizar el gobierno central.
§                    Establecía el fin de la guerra y el retiro de las tropas de Santa Fe y Entre Ríos a sus respectivas provincias.
§                    Buenos Aires se comprometía a ayudar a las otras provincias en caso de ser atacadas por los luso-brasileños.
§                    Los ríos Uruguay y Paraná se declaraban navegables para las provincias amigas.
§                    Concedía una amplia amnistía a los desterrados o perseguidos políticos.
§                    Determinaba el enjuiciamiento de los responsables de la administración anterior “por la repetición de crímenes con que se comprometía la libertad de la Nación
§                    Disponía la comunicación del tratado a José Artigas, “para que siendo de su agrado, entable desde luego las relaciones que puedan convenir a los intereses de la Provincia de su mando, cuya incorporación a las demás federadas, se miraría como un dichoso acontecimiento”.
§                    Un compromiso secreto entre los dos gobernadores federales y Sarratea preveía la entrega, a los dos primeros, de auxilios y armas. Los dos gobernadores fueron invitados por el gobierno de Buenos Aires, ciudad donde estuvieron en calidad de huéspedes.
López y Ramírez, fortalecidos por su victoria frente a Buenos Aires, se encontraron forzados a desconocer la autoridad de Artigas ya que éste había sido derrotado en la Batalla de Tacuarembó por los lusobrasileños. Consideraban más correcto estratégicamente reorganizar sus provincias y abandonar de momento la guerra con los portugueses que les imponía la estrecha alianza con Artigas, quien por esto rechazó el tratado y los acusó de traición.
Los gobernadores de Santa Fe y de Entre Ríos (y luego de Corrientes) consideraban ya inútil y demasiado peligroso continuar con la guerra contra la Invasión Luso-brasileña una vez derrotados, ya que suponían que esto arrastraría a sus provincias a una guerra defensiva en su propio territorio. Toda la Provincia Oriental, la parte Este de Corrientes y casi toda la Provincia de Misiones se encontraban bajo el poder de los invasores lusobrasileños, que podrían atacar a sus provincias impunemente. Para evitarlo, lo único que parecía viable era aceptar una alianza con los unitarios, aunque éstos fueran enemigos declarados de Artigas. Si tal alianza salvó a la Mesopotamia argentina de una anexión al Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, sirvió para confirmar la anexión al mismo de la Banda Oriental.

 

La anarquía en Buenos Aires

En los meses posteriores, Buenos Aires se caracterizó por el caos y la inestabilidad política. La provincia volvió a sufrir una invasión de López, tuvo varios gobernadores en pocos meses y hasta tres en un solo dia, el 20 de junio de ese año (mismo dia de la muerte de Belgrano), conocido como "El día de los tres Gobernadores", Ramos Mexia, el Cabildo y el general Soler. En estos días, careció en absoluto de autoridad.
Finalmente, los porteños dejaron de lado sus diferencias para terminar con la invasión de López, nombrando gobernador a Manuel Dorrego qué, con el apoyo de las milicias deMartín Rodríguez y Juan Manuel de Rosas, derrotó a las fuerzas federales. Finalmente, el caudillo santafesino debió regresar a su provincia.

Asunción de Martin Rodríguez

Una nueva Junta de Representantes nombró gobernador a Martín Rodríguez, el 2 de septiembre de 1820; contaba con el apoyo de los propietarios rurales de la campaña y de la clase media y alta de la ciudad.
Durante los inicios de su gobierno se produjo un levantamiento que contó con el apoyo federal, pero que fue sofocado a la fuerza por Juan Manuel de Rosas, que repuso al derrocado gobernador en su cargo.
La Junta de Representantes le entregó al gobernador Rodríguez “el lleno de las facultades”, con las cuales le devolvió el orden a la ciudad.

 

El Tratado de Benegas: Paz con Santa Fe (noviembre de 1820)

Rodríguez trató de concluir la guerra con Santa Fe, para lograr restablecer la paz y seguridad en la campaña. El caudillo santafesino Estanislao López, con la economía de su provincia devastada, aceptó las negociaciones, para lo cual tuvo que renunciar a la alianza del caudillo chileno Carrera. Bustos, gobernador de Córdoba, realizó la mediación.
Finalmente, en noviembre de 1820 se firmó el llamado Tratado de Benegas, que reafirmó la paz entre Buenos Aires y Santa Fe. Se acordó que Buenos Aires le entregase a Santa Fe 25.000 cabezas de ganado como indemnización por los gastos de la guerra.

 

El tratado del cuadrilátero (1822)

El 25 de enero de 1822 se realizó el Tratado del Cuadrilátero entre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. El pacto era principalmente un tratado ofensivo-defensivo ante la amenaza portuguesa y un acuerdo de libre navegación de ríos entre las cuatro provincias. El pacto establecía:
§                    La paz y unión de las cuatro provincias y una alianza ante una posible agresión extranjera, de españoles o portugueses.
§                    La libre navegación de los ríos para las provincias firmantes.
§                    El retiro de los diputados del diminuto congreso de Córdoba.
§                    Cualquiera de las provincias contratantes podía convocar un congreso cuando creyese llegada la oportunidad conveniente.
§                    La alianza de Buenos Aires con las provincias del litoral, asegurada mediante subsidios a los gobiernos, le dio oportunidad de neutralizar a Bustos, organizarse y preparar un futuro congreso

 

Provincias del litoral

§                    Santa Fe: Elegido Gobernador, Estanislao López concretó en 1818, la separación definitiva de la autoridad de Buenos Aires. Fue la primera provincia en sancionar un documento constitucional: el Estatuto Provisorio; sin embargo, la economía provincial estaba destruida por las prolongadas guerras.
§                    Entre Ríos: Francisco Ramírez gobernó desde 1818 como delegado de Artigas; después del triunfo de Cepeda se auto designó gobernador y aspiró a independizarse del poder de Artigas. Derrotado en Tacuarembó por las fuerzas portuguesas, Artigas se retiró a Corrientes y se estableció en Curuzú Cuatiá. Al recibir el Tratado del Pilar, el caudillo oriental acusó a Ramírez de complicidad con los directoriales y lo enfrentó. Después de varios encuentros parciales, Artigas fue totalmente derrotado en Rincón de Ávalos (29 de julio de 1820). Ramírez incorporó los territorios de Corrientes y Misiones organizando la República Federativa Entrerriana, de la que fue elegido jefe supremo. Sus intenciones eran organizar un estado hegemónico, capaz de reincorporar a Paraguay, imponerse a Buenos Aires y recuperar a la Banda Oriental. El poder de Ramírez alarmó al gobierno porteño y a López, ambos firmantes del Tratado de Benegas. Los nuevos aliados se prepararon para la guerra. Ramírez invadió Santa Fe en mayo de 1821. Derrotado por López en Coronda, marchó a Córdoba. Sin embargo, fue nuevamente vencido y se dirigió hacia el Norte buscando regresar a su provincia, pero fue nuevamente derrotado y muerto en San Francisco. Finalmente, un Congreso creó las instituciones fundamentales y designó gobernador al coronel Lucio Mansilla, que respondía a Buenos Aires; en 1822 fue sancionado el Estatuto Constitucional.
§                    Corrientes: A la muerte de Ramírez recuperó su autonomía y bajo la dirección de Pedro Ferré inició su organización constitucional. El 1° gobernador constitucional fue José Fernández Blanco (1821).

 

Provincias del interior

El director supremo Posadas había dividido la antigua intendencia de Córdoba del Tucumán en Córdoba y Cuyo. Como consecuencia del proceso de autonomía surgieron las siguientes provincias: Córdoba, San Juan, Mendoza, San Luis y La Rioja.
Córdoba: El colapso del gobierno central produjo la caída del partido que apoyaba al Directorio. El federal José Javier Diaz fue restablecido en el mando; reunidos, los representantes de la provincia proclamaron su autonomía. La sublevación del Ejército del Norte en Arequito originó la entrada de sus efectivos en la ciudad; Juan Bautista Bustos, jefe de las fuerzas sublevadas, se hizo nombrar gobernador. En 1821 la sala de representantes aprobó el “Reglamento Provisorio para el régimen y administración de Córdoba”.
San Juan: Salvador María del Carril fue elegido gobernador luego de que el Batallón de Cazadores de los Andes (enviado por San Martín a Buenos Aires) proclamara la independencia de la provincia (1820). Salvador logró mejoras económicas y culturales. Dotó a la provincia de una constitución conocida como la "Carta de Mayo".
San Luis: Proclamó su independencia el 1 de marzo de 1820; posteriormente fue elegido gobernador José Santos Ortiz.
Mendoza: Tomás Godoy Cruz organizó las instituciones provinciales. La vinculación comercial con Chile dio a Mendoza prosperidad y posteriormente Pedro Molina ejerció un gobierno pacífico y progresista (1820).
La Rioja: En 1820 un grupo del disuelto Ejército del Norte llegó a la Rioja y proclamó su autonomía. El general Francisco Ortiz de Ocampo fue su primer gobernador. Posteriormente la autoridad recayó en Juan Facundo Quiroga.
Subdividida en 1814 en dos intendencias -Salta y Tucumán-, el estallido federal de 1820 dio origen a las provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Salta. Jujuy quedó unida a esta última hasta la década siguiente.
Tucumán: A fines de 1819 el gobernador Bernabé Aráoz proclamó la autonomía de la provincia, calificada de República libre e independiente. Fue sancionada una constitución, pero la guerra interna desangró a la provincia. En 1823, Javier López derrotó definitivamente a Bernabé Aráoz y restableció el orden.
Santiago del Estero: Felipe Ibarra, comandante general de fronteras, fue elegido gobernador y proclamó la autonomía de la provincia el 27 de abril de 1820; durante 30 años ejerció la autoridad de la provincia.
Catamarca: Ante los conflictos desatados en Tucumán, Catamarca inició su proceso de autonomía. Reunido un cabildo abierto, el 25 de agosto de 1821, Nicolás Avellaneda y Tula fue elegido gobernador. En 1823 se sancionó el Reglamento Constitucional para la nueva Provincia de Catamarca.
Salta: Fue la primera provincia del interior que proclamó su autonomía. Luego de que el gobernador Güemes muriera en 1821 combatiendo las invasiones españolas a la provincia, se reunió una Junta Electoral que aprobó una constitución; la elección de gobernador recayó en José Antonio Fernández Cornejo. En 1821, una rebelión popular proclamó gobernador a José Ignacio Gorriti, antiguo lugarteniente de Güemes, quien logró restablecer el orden y transmitir el mando al fin de su período de gobierno. Desde entonces, distintos representantes de la aristocracia salteña fueron alternándose en el poder, asegurando la paz y la organización.
Jujuy: Permaneció unida a Salta hasta la década del ’30, en que los enfrentamientos internos dieron oportunidad al coronel José María Fascio de proclamar su autonomía, el 18 de noviembre de 1834.

 

Congreso de Córdoba: Proyecto Federativo del Interior (septiembre de 1821)

Desaparecida la autoridad nacional, la unión se mantuvo mediante los pactos interprovinciales. El Congreso de San Lorenzo, convocado por el Tratado del Pilar, no se pudo concretar por la anarquía y la guerra. La mediación de Bustos en el Tratado de Benegas le permitió imponer la reunión de un Congreso Federativo en Córdoba con instrucciones de propender al restablecimiento de la unidad de régimen.

En septiembre de 1831, casi todas las provincias habían enviado a sus diputados, excepto Corrientes y Buenos Aires las cuales se oponían a un proyecto federal, quienes trataban de concretar la apertura del Congreso.

viernes, 26 de julio de 2013

LA BATALLA DE CEPEDA (1820)

Batalla de Cepeda (1820)

            La batalla de Cepeda, es la primer batalla librada entre UNITARIOS y FEDERALES

FECHA: 01 de febrero de 1.820. Ocurrió en la Cañada de CEPEDA, ubicada en la provincia de Santa Fé, con el triunfo de las fuerzas Federales.

EJERCITO FEDERAL: Estaba constituido por los ejércitos de las provincias de Entre Ríos (Francisco Ramirez) y Santa Fé (Estanislao Lopez).
EJERCITO UNITARIO: Por el ejército de las provincias Unidas del Río de la Plata.

La batalla enfrentó a unitarios y federales: el caudillo de Santa Fe, Estanislao López, y el de Entre Ríos, Francisco Ramírez, ambos federales y lugartenientes del general José Artigas, y apoyados por el chileno José Miguel Carrera, unieron sus fuerzas para derrocar al gobierno de José Rondeau, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el entonces titular del Poder Ejecutivo.

Fue un enfrentamiento muy breve, que justificó que se la conociera como la"Batalla de los diez minutos". Los federales resultaron victoriosos, causando la caída del Directorio y la división del país, que quedó desde entonces integrado por 13 provincias autónomas. Se inició así el período conocido como de las Autonomías Provinciales.

 

Causas

La causa de esta batalla fue el descontento de las provincias del interior con Buenos Aires, que había gobernado al país desde la Revolución de Mayo, sin tener en cuenta la voluntad de las provincias. Al menos, no en la medida en que éstas lo deseaban. La principal exigencia de los líderes federales era que cada provincia se gobernara a sí misma, y que unidas formaran una FEDERACIÓN.

De hecho, desde 1816, las provincias litorales, Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe y la Banda Oriental eran independientes del gobierno central, ubicado en Buenos Aires. Tras varios años en que Santa Fe y Entre Ríos fueron repetidamente invadidas por tropas enviadas por el gobierno porteño, la situación no había cambiado en lo esencial.
El rey de Portugal, que residía en Brasil, aprovechó los enfrentamientos internos para anexarse la Banda Oriental, invadiéndola a principios de 1817 y ocupando su capital, Montevideo. El gobierno de Buenos Aires no hizo ningún esfuerzo serio para defender esa provincia, y Artigas lo acusaba de apoyar esa invasión.
En 1819, el que había sido el Congreso de Tucumán, trasladado a Buenos Aires, sancionó una constitución que otorgaba amplios poderes al gobierno central y restringía la libertad de las provincias de tomar decisiones sobre sus propios asuntos.
En consecuencia, Artigas y los demás caudillos locales decidieron no tratar más con el gobierno central y atacarlo en su propia capital. Por encargo de Artigas, las fuerzas de Entre Ríos se trasladaron a Santa Fe, y desde allí avanzaron sobre la provincia de Buenos Aires.
Durante el mismo período que separa la sanción de la Constitución Argentina de 1819 y la batalla de Cepeda se habían separado del gobierno central las provincias de Tucumán y Cuyo, además de que la de Salta era una especie de aliada independiente del gobierno central.

 

La batalla

Poco antes de la batalla, Rondeau recibió la noticia de que el Ejército del Norte, que él había llamado en su ayuda, se había sublevado para no ser obligado a luchar en una guerra civil. De todos modos, enfrentó a los federales con el ejército de la capital. Aparentemente, tenía a su favor la ventaja de que el ejército federal estaba íntegramente compuesto de caballería.
El ejército porteño se movió con rapidez, e invadió la provincia de Santa Fe antes de que los federales invadieran Buenos Aires. Rondeau ocupó el borde sur del bañado conocido como Cañada de Cepeda, y esperó allí a sus enemigos.
El Director formó su ejército en una disposición clásica, con la caballería a los lados y la infantería y la artillería al medio; protegiendo sus espaldas quedaba la larga formación de carretas. Una posición muy difícil de vencer, si el enemigo atacaba de frente. Pero en medio de la llanura, los federales no estaban obligarlos a hacerlo, justamente porque sus tropas eran puramente de caballería.
López era el gobernador de la provincia en que se combatía, pero aparentemente dejó el mando de las operaciones de la batalla a Ramírez. Es que el santafesino era un experto en acciones de guerrilla, pero Ramírez había demostrado ser muy capaz en una batalla. Junto a los santafesinos y entrerrianos, formaban en el ejército federal algunos indígenas del Chaco y un escuadrón de correntinos, al mando del capitán irlandés Pedro Campbell.
Los jefes federales cruzaron al galope la Cañada de Cepeda, rodearon el dispositivo y se pusieron a sus espaldas. De inmediato atacaron a la caballería, mientras la infantería trataba de asomarse entre los carros y los cañones aún apuntaban para el otro lado. La batalla duró aproximadamente diez minutos, y la huida de la caballería directorial arrastró a Rondeau. El resto del ejército debió retirarse hacia San Nicolás de los Arroyos y embarcarse de regreso a Buenos Aires, dirigido por el general Juan Ramón Balcarce.

Consecuencias

Todo el norte de la provincia de Buenos Aires fue invadido por los caudillos, que llegaron en pocos días a los alrededores de la ciudad de Buenos Aires, ciudad que era entonces capital de la provincia homónima. Rondeau renunció el 11 de febrero.
Pese a varios efímeros esfuerzos por reunificar el país, entre los que se destaca la presidencia de Bernardino Rivadavia de 1825 a1827, la Argentina no se volvió a unificar hasta 1853, cuando se sancionó una Constitución. Buenos Aires sólo se uniría en 1861.
Mientras tanto, las provincias se gobernaron a sí mismas como entidades independientes, más allá de las poderosas influencias que tuvieron algunos caudillos, que gobernaron sobre coaliciones de varias provincia